Al externalizar los servicios, se persigue obtener mejores prestaciones (calidad, seguridad, rendimiento, fiabilidad…) que las que seríamos capaces de ofrecer valiéndonos de recursos propios. Este incremento se debe principalmente a que en la provisión del servicio intervienen profesionales expertos en una materia determinada y, a su vez, el proveedor dispone de recursos específicos y adecuados para proporcionar el servicio. Además, resulta más económico obtener un servicio experto por parte de terceros que adquirir los recursos necesarios para proveer internamente dicho servicio, sin contar que suele ser más sencillo adaptar un servicio externalizado ampliando su alcance, funcionalidad, incrementando la capacidad, etc. que reorganizar la propia empresa.